La tendencia de moda agénero o ropa sin género está tomando más camino últimamente. La ropa infantil diseñada para niños y niñas también entró en esta tendencia.
Estamos transitando una era de cambios, el mundo y las personas están en constante aprendizaje sobre temas innovadores como el de romper estereotipos. Temas como el de que los hombres se pintan las uñas y se tiñen el cabello, las mujeres se dejan de depilar, etc. Las generaciones, en especial los millenials y la generación Z, suelen estar al mando de las tendencias trascendentes que generen cambios relevantes. Por supuesto, la moda no es sólo tendencias y pasarelas, es también una industria en donde se expresan temas importantes que atraigan más público. La ropa infantil siempre ha sido una industria que no tiene muchos cambios, la ropa rosada solía ser para niñas y la ropa azul para niños. Sin embargo, la tendencia genderless es lo que va a triunfar ahora en las tiendas de ropa de los pequeños.
El movimiento genderfluid o género fluido cobra protagonismo en las tiendas de grandes y pequeños. Hace poco conocimos de la tendencia genderless que ha sido el foco de atención y recibe también el nombre de moda normcore. Es ropa normal, básica, clásica que pueden usar hombres y mujeres sin reflejar ningún estilo particular ni un diseño muy marcado.
La ropa infantil cada vez con más valor
Con esta nueva fusión de la ropa infantil en prendas sin género se demuestra un antes y un después para esta parte de la industria de la moda. Marcas como Old Navy, Carter, Monty & Co y Target ya forman parte de este movimiento de la ropa infantil sin género creando prendas unisex para romper estereotipos desde pequeños. La paleta de colores no existe en las líneas sin género, todos los tonos son aceptados tanto para niños como para niñas. Son prendas minimalistas y sin muchos estampados, pueden ir desde los tonos más fuertes y oscuros a los colores más suaves y pasteles.
Más allá de los colores, lo más importante son los textiles, mayormente se usan las más stretch que aportan comodidad pero sobre todo, funcionalidad. Lo primordial es que los niños puedan jugar y movilizarse sin impedimentos de su atuendo que lleven siempre diseños versátiles y prácticos. Y como valor añadido, es una reducción del bolsillo de los padres ya que les permite pasar la ropa a su siguiente generación sin importar el sexo. Al mismo tiempo, se desperdicia menos ropa por lo que es un impacto positivo al planeta.
